El Doctor Pérez y la Urna
En el principio, el doctor Pérez tenía ocho minutos por paciente. Y ahí lo hacía todo: escucharlo, explorarlo, darle las explicaciones, hacer las recetas y decirle adiós. Pasó el tiempo,
Escribo novelas negras. ¿El sospechoso…? El poder, sin lugar a dudas.
En el principio, el doctor Pérez tenía ocho minutos por paciente. Y ahí lo hacía todo: escucharlo, explorarlo, darle las explicaciones, hacer las recetas y decirle adiós. Pasó el tiempo,
Querido Fede; A veces es bueno tener la boca prestá, como decimos en nuestra tierra. Por eso recurro a ti, que tienes un altavoz, para largar alto y claro lo
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