«Vamos a ir a un proceso de primarias, es lo saludable».
La frase no queda mal, de cara a la galería y a la Historia. Pero un político con P mayúscula debía haber hecho eso mismo hace muchos, muchos meses, cuando sabía de sobras que era un lastre para su partido – como dijo el pobre de Barreda, ahora arrastrado injustamente por el tsunami -, y no ahora, con unas municipales – plebiscito que han sido un puntapie abrumador y que le dejan sin margen, sin hálito, convocando apresuradamente unas primarias entre un felipismo que nunca le aceptó plenamente y una nueva vía cuyo balance de gestión no dejan de ser buenas palabras, dos o tres leyes y una catástrofe frente a la crisis. Y de personas, no hablemos: un gris fontanero, un siniestro Fouché superviviente de miles de gobiernos frente a una dulce tapada hasta ayer por la mañana, sin tiempo para fajarse frente a la militancia, a la oposición interna y a la ciudadanía, falta pues de los tres hervores necesarios que cuajan a la lideresa. Mal, muy mal, señor Zapatero. Democracia interna sí, pero con visión de las circunstancias, más allá de su ombligo mesiánico.
http://tontosantajusta.blogspot.com/2011/05/el-psoe-tras-zapatero.html