Tengo unas palabras para usted, señor Viera. Para usted, o para quien sobre usted tenga ascendiente. En primer lugar, quiero dejar claro que no se trata de inocencias o culpabilidades; que para eso están jueces y tribunales. Confieso que las palabras encuentran con dificultad su curso: es la necesidad que tengo de creer en algo, a mis cuarenta y siete. Tenía que creer en mi profesión – médico -; por eso escribí mi novela (http://tontosantajusta.blogspot.com.es/2013/03/kol-lider-de-opinion-por-fin-en-los.html). Ahora tengo la necesidad perentoria de creer que las ilusiones colectivas que construimos desde mi adolescencia no han sido una burda mentira. Tengo que creer que tenemos un país, e instituciones sólidas. Y que cuando salgamos de la crisis, algún día, seguirá todo ahí, para ofrecer un futuro a nuestros hijos. Tiene usted que darme razones, todas las razones, para que yo me crea que eso de la partitocraciaes mentira, que ustedes no son todos iguales, que hay un lugar para la esperanza. Que ese ideal de democracia que mi padre (q.e.p.d.) marcó a fuego en mis valores durante
1 thought on “Por no tratarse de cuestión baladí, sino de pública decencia.”
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¿Dimitir Viera…? ¡Imposible, es un político español! Aquí los políticos no dimiten jamás, hay que "dimitirlos", revocar su supuesta representación popular. Y, además de político español, don Viera es un adicto a la mamandurria que conoce demasiados secretos de Chaves, de Griñán y de otros optimates del PPSOE. Si habriese la boca, el mundo temblaría, la "cosa nostra" se debilitaría. No, hombre, no. Habrá que mantenerlo ahí hasta que demuestre padecer Alzheimer, fallezca (de muerte natural, o no), o la Magistrada Alaya lo obsequie con unas largas vacaciones pagadas en El Puerto II. Porque Alcatraz, desgraciadamente, fue clausurada hace muchos años… El tiempo nos lo dirá.