En cualquier caso, el PSOE de Andalucía está tras el 22-M atrincherado y a la defensiva en pueblos pequeños de interior, reino del dinamismo, las nuevas ideas o nuevos planteamientos. Que frente a ese paradigma, se alzan unos grandes núcleos urbanos en poder todos sin excepción de los populares, con presencia de otros movimientos, como los indignados. Que si toman los libros de historia, en el 31 – elecciones municipales – ganan las lista monárquicas en general, pero se proclama la República sobre la base de que las listas republicanas habían ganado en las grandes ciudades, lejanas de caciques y señoritos. Mutatis mutandis y viajando en el tiempo, la situación actual ofrece una Andalucía dual, con un voto rural favorable a gentes que llevan treinta años gobernando, que están actualmente en los juzgados bajo la lupa y que han propiciado un régimen clientelar destinado a que nada-cambie-nunca-para-que-siempre-seamos-los-mismos.