Mi opinión: este frente no debía haber sido abierto nunca. Los sensatos políticos de la transición trabajaron denodadamente para cerrar heridas – aunque fuera en falso – y mirar adelante. Era la única forma de convivir. ZP creyó haber ganado al fin la Guerra Civil y comenzó a dar el honor debido a las víctimas de los fascistas, pero abrió insensatamente la caja de Pandora de unos odios y un frentismo que bien debían estar bajo tierra. Aunque sólo sea por la construcción de la convivencia, como bien entendieron Carrillo y Suárez. El verano del 2006 llenó los periódicos de esquelas: En El País de los fusilados por los fascistas y en El Mundo y ABC de los fusilados por los milicianos. ¿Era ése el debate que precisaba nuestro pueblo? Ni entonces, ni ahora desde luego, que nos ahogamos para pagar las facturas de lo que sustenta lo colectivo. Dicho sea con todo el respeto a los muertos por defender una idea. Lo dice el sobrino nieto de un fusilado por los fascistas.
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